La víctima dijo que el hecho se produjo cuando se encontraban navegando por aguas del Mediterráneo, entre Mallorca y Valencia, por lo que la policía de España detuvo a un joven italiano, pero este quedó en libertad porque al estar en aguas internacionales, y no ser de nacionalidad española, la justicia no tenía competencia para imputar al joven.
La decisión se respaldó en la ley española de Justicia Universal, de manera que el caso generó gran repercusión sobre la responsabilidad del país encargado de juzgar al sospechoso.
De acuerdo a lo relatado, mientras el crucero circulaba, durante la madrugada, en el trayecto de Palma de Mallorca y Valencia, el hombre abordó a la joven inglesa, la introdujo por la fuerza en su camarote, y la violó. Los exámenes médicos, indicaron que se trató de una agresión sexual y no de abusos, dado que se comprobó la violencia e intimidación.
Ante el caso denunciado por la menor que viajaba con sus padres, se activó el protocolo y al llegar a tierra, el capitán de la embarcación alertó la situación a las autoridades y remarcó que se tenía identificado al presunto autor de la joven a la que violaron, pero no estaba retenido.
A su vez, la policía científica inspeccionó el camarote del crucero, tomó muestras biológicas y se llevaron ropa de la joven para la posterior investigación del caso. Sin embargo, al tratarse de un delito cometido por un extranjero sobre otro, en aguas internacionales, el juez de guardia de Valencia solo podía continuar el caso en caso de que la residencia del acusado fuera española.
Dado que el presunto abusador no sabía de la denuncia e investigación, salió junto con el resto de los pasajeros para recorrer Valencia, al regresar para continuar viaje, fue detenido. Si bien el crucero continúo su trayecto junto a la víctima y su familia, el acusado debió permanecer detenido. Horas más tarde, quedó en libertad por la falta de jurisdicción sobre lo ocurrido.
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