martes, 20 de noviembre de 2018

Hoy se celebra el Día Mundial del Saludo

Nadie puede negar que el ancestral saludo, como gesto de convivencia humana, es también una elemental regla de cortesía que es urgente retomar, poner en práctica e impulsar en esta época en que por diversos factores ha caído en el olvido entre familiares, amigos y miembros de la comunidad.
El Día Mundial del Saludo se estableció años atrás por el entusiasmo de los hermanos norteamericanos Brian y Michael McCormak, quienes formaron parte del grupo de decididos difusores de las jornadas pioneras destinadas a recuperar el saludable hábito de saludar. La propuesta de los McCormak tuvo un inmediato y masivo respaldo de educadores, políticos, intelectuales, religiosos y artistas.
El saludo es pronunciar palabras o hacer gestos de cortesía al encontrar a una persona o al despedirse de ella; es, en definitiva, un signo de educación y muestra de respeto.
Según las raíces de los pueblos, el saludo se interpreta y es de distintas maneras: tipo afectivo (entre familiares y amigos), oficial (gobernantes y autoridades) y el necesario (cuando vamos a un lugar desconocido y hay que saludar a quienes encontramos). En lo militar, el saludo es con salvas, toques de instrumentos y desfiles.
Penosamente, la costumbre de saludar reflejada en el apretón de manos, el palmoteo en la espalda, la leve inclinación de cabeza mientras se tomaba en la mano el sombrero que la protegía, etcétera, tiende a desaparecer. Ahora está de moda el beso en la mejilla, movimientos con los dedos de las manos y choques violentos antes de unirlas. De igual manera, los ¡buenos días!, ¡buenas tardes!, ¡buenas noches!, ¡hasta pronto! se cambiaron por ¡habla, loco!, ¡qué hubo, flaco!, y para despedirse, ¡nos vimos!, ¡nos vidrios!, entre otros.
En varias naciones, cada persona que participa en esta conmemoración debe saludar a otras diez para resaltar la comunicación personal y afirmar la paz y la alegría entre los miembros de la comunidad.
Hay que impulsar que el saludo no desaparezca, a diario y cuando sea necesario, con familiares, amigos, compañeros de trabajo y desconocidos, eso afianzará la amistad y la sana convivencia. Procuremos que los niños lo practiquen.

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