Dani Hopkins, de Washington, se convirtió en madre al dar a luz a su primogénita Taylor.La madre de 30 años pero solo pasó unos 15 minutos con su recién nacida en el hospital Multicare Valley cuando surgió una emergencia.
“El doctor decía: ‘Ella se está desangrando”, cuenta Hopkins a PEOPLE. “De repente la habitación donde estábamos yo, el doctor, la enfermera, mi esposo y la bebé, se llenó de 8 o 10 enfermeras y otro doctor. Todos estaban a mi alrededor”.
Según los médicos, la madre primeriza tuvo varias laceraciones en el canal de parto, lo cual le provocó una hemorragia. La madre sangró por dos horas. Hopkins dice que intentó mantenerse calmada durante esos momentos de crisis pero no sabía como terminaría su historia.
“Yo sí pensé que me iba a morir. Recuerdo estar ahí acostada pensando: ‘¿Así es que me voy a morir?’ Estaba triste porque no quería que mi esposo fuera un padre soltero, me entristecía pensar que no vería crecer a mi bebé. Sentía que estaba flotando encima de mi misma, mirándolo todo pasar”.
Mientras los doctores intentaban salvar la vida de Hopkins, su esposo Bobby, de 30 años, y su hija recién nacida esperaban al otro extremo de la habitación del hospital. Bobby tampoco pensó que su esposo sobreviviría.
“Él tenía mucho miedo”, cuenta Hopkins sobre su esposo. “Cuando lo hablamos después me contó que veía cómo salía sangre de mi sin parar. Fue lo más aterrador”.
La madre requirió 100 puntos de sutura para detener la hemorragia. Una vez pasó la crisis, los padres se abrazaron y lloraron de alegría cuando ella estuvo otra vez con su bebé
“No sabía que algo así podría pasar”, admite Hopkins, quien aún se estea recuperando de la herida después de dos meses. “Aún no me siento del todo bien. Es difícil pararme, si me paro por mucho rato me duele mucho. Ya fui al chequeo con el doctor, pero estaba muy inflamada aún para que pudieran revisarme”
Según sus médicos puede demorar un año poder sanar completamente. Hopkins agradece la ayuda de su esposo cuidando a la bebé durante su primer mes de vida, ya que la madre casi no podía moverse. Su hija de 7 semanas de nacida, es su mayor fuente de fuerza. “Siento que yo nací para ser mamá”, concluye Hopkins. “[Taylor] me completa, nunca he sido más feliz”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario