Cada 8 de Agosto se conmemora el Día Internacional del Orgasmo Femenino, una fecha que va más allá de celebrar el placer sexual de las mujeres, y que se presenta como una oportunidad para derribar prejuicios y tabúes que rodean la educación sexual femenina y el disfrute pleno del placer.
El origen de esta celebración se remonta al municipio brasileño de Esperantina, donde el concejal José Arimateia Dantas Lacerda levantó la voz para llamar la atención sobre la disparidad de géneros en el ámbito del placer. Estudios realizados en la región revelaron que una considerable cantidad de mujeres tenía dificultades para alcanzar el orgasmo, lo que impulsó a Dantas Lacerda a reconocer el orgasmo femenino como una cuestión de salud pública.
En países como Brasil, donde las estructuras culturales y sociales están impregnadas de machismo y falocentrismo, hablar abiertamente sobre el placer femenino y la educación sexual sin tabúes resulta un desafío. En ese sentido, el Día Internacional del Orgasmo Femenino se ha convertido en una plataforma para fomentar la discusión sobre la sexualidad femenina, la eyaculación precoz, la frigidez, la sexualidad en la adolescencia y durante la tercera edad.
Es importante destacar que la liberación sexual femenina no solo es un tema de salud, sino también de empoderamiento político y social. Romper los tabúes en torno al placer femenino es esencial para combatir las estructuras ideológicas que perpetúan la dominancia masculina y restringen la libertad sexual de las mujeres y personas disidentes.
Sin embargo, aún en la actualidad, el orgasmo femenino se ve afectado por la llamada “mirada masculina” (male gaze) que impregna los medios de comunicación y la cultura. Esto se refleja en la creación artística y especialmente en la industria pornográfica, donde predominan contenidos que objetivizan y violentan a las mujeres. Aunque ha habido un aumento en la demanda de contenido pornográfico dirigido a mujeres, muchos de estos productos aún están diseñados desde la perspectiva del voyeurismo masculino.
Para cambiar esta situación, es fundamental la difusión de fechas como el Día Internacional del Orgasmo Femenino. Mediante campañas de conciencia y resignificación del placer femenino, las mujeres pueden transformar la manera en que la sociedad conceptualiza el placer en general. El orgasmo femenino no debe ser visto como un objeto de consumo, sino como una afirmación del derecho de las mujeres a disfrutar y definir su propio placer.
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