En la Cuarta Transformación la regla de oro es decir que los males que afectan al país se deben a las malas prácticas del pasado o a confabulaciones de los adversarios que quieren que fracase. Es la base del discurso del presidente López Obrador en las mañaneras y lo reproduce fielmente su aprendiz consentida Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno en Ciudad de México.
Desde el pasado 3 de septiembre un grupo de feministas tomó las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en el centro de la capital, como forma de presión para que sean atendidas sus demandas de investigación, de los casos de familiares víctimas de violencia. Al grupo original se unió otro de mujeres que hicieron suyas las demandas. Se instalaron en el inmueble y dijeron que se mantendrían por tiempo indefinido. La toma de instalaciones de la CNDH se repitió en diferentes ciudades del país.
Siendo este un asunto federal, Rosario Piedra Ibarra, titular de la CNDH, fue convocada por el Senado de la República para que explicara los sucesos. Sus respuestas fueron imprecisas y evasivas. Calificó la protesta como “un juego muy raro, muy oscuro, a lo mejor hay intereses para obstruir la justicia”. (La Jornada, 10 de septiembre de 2020)
Dentro de este episodio que cuestiona la relación de la 4T con las feministas y su compromiso con los derechos humanos, Claudia Sheinbaum intervino en este asunto federal y lo hizo de una manera que puede interpretarse como traición a su género y a sus votantes, al dar la espalda a políticas que por más de quince años la CDMX ha enarbolado a favor de las mujeres.
Imitando la mañanera de López Obrador, en su videoconferencia de prensa la jefa de gobierno señaló a María Beatriz Gasca Acevedo como responsable de financiar y apoyar al grupo de mujeres que mantienen ocupadas las instalaciones de la CNDH.
La denuncia pública de Claudia Sheinbaum, según dijo, se originó en un dato que recibió en sus audiencias virtuales, que le informaba de este apoyo, por lo que llevó a cabo una investigación en la que encontró que María Beatriz Gasca Acevedo entregó alimentos desde un auto de lujo a las manifestantes y ayudó en la subasta de algunos cuadros intervenidos y el 14 de septiembre, fue una de las oradoras en la manifestación que se llamó ‘AntiGrita’.
Ninguno de los resultados de la “investigación” de la jefa de gobierno configura un delito. Solo informa sobre el compromiso de una mujer con las luchas emprendidas por diversas organizaciones feministas para alcanzar la justicia que, en este sexenio, se les presenta como “muy resbalosa”. Lo que sí logró la doctora Sheinbaum con su irresponsable denuncia fue poner en peligro la seguridad personal de Gasca Acevedo, al revelar su identidad y datos para su localización, con lo que podría convertirse en blanco de uno de los fanáticos que militan en la 4T.
La “denuncia pública” de la jefa de gobierno fue útil para que la señora María Beatriz Gasca Acevedo perdiera su trabajo, pues hasta hace unas horas se desempeñaba como vicepresidenta de la empresa GINgroup, era el brazo derecho del propietario, Raúl Beyruti Sánchez.
En un intento por sustentar su denuncia sin fundamento, Claudia Sheinbaum, dijo que la empresa GINgroup “está denunciada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público por evasión de impuestos y su relación con las factureras que cometieron fraudes de miles de millones de pesos en el país durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto.”
La Jefa de Gobierno concede que las mujeres empresarias, o no, tienen derecho a defender las causas que consideren justas, pero “lo que veo es a un grupo que se beneficiaba de actos de corrupción financiando a un movimiento. Lo que hay que preguntarse es ¿por qué? Es una casualidad o por qué hay un vínculo directo de apoyo a esta toma de la CNDH”. (La Jornada, 29 de septiembre de 2020)
Con su cuestionamiento Claudia Sheinbaum intenta sembrar la duda sobre la honorabilidad personal de Gasca Acevedo y con ello da muestras de ser una aprendiz avanzada de López Obrador al poner en práctica el refrán “La calumnia cuando no mancha, tizna.”
La denuncia de Claudia Sheinbaum es un paso atrás en su loca carrera por la presidencia al dar la espalda al feminismo. También puede ser interpretada como la forma en que se congratula con el dedito que nombrará al sucesor de Ya Sabes Quién. Mientras tanto, ‘ya le puso el dedo a alguien’ sin medir las consecuencias. Traicionar para avanzar.
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