lunes, 17 de octubre de 2016

La difícil niñez del salsero Michel, que casi muere al nacer y creció en la indigencia

Santo Domingo RD. La vida del cantante Michel Batista no fue fácil en su infancia. Fue un niño indigente, sin madre, criado casi solo, deambulando por las calles, comiendo de lo que le daban o conseguía, pero siempre con el deseo de ser alguien importante en la vida.
Él no es haitiano, como muchos creen, simplemente es un negrito que nació y vivió hasta los 7 años en los bateyes de Barahona y aprendió hablar en creole y  francés. Está vivo de casualidad, pues el día en que nació, su madre lo dejó abandonado en un basurero en horas de la madrugada, pero para su suerte, ningún animal se topó con él.
Al contrario, tuvo la dicha de que a eso de las seis de la mañana fue encontrado por en seguridad de una compañía que terminaba su turno e iba hacia su casa a descansar.
Hoy su vida se ve muy bonita y hasta le dicen un negrito lavado, pues tiene fama y ha logrado posicionarse en términos económicos. Pero detrás del salsero hay una historia que contar llena de vicisitudes y malos momentos desde antes de salir del vientre de su madre. Antes de ser salsero fue merenguero y en 1984 pegó el merengue “Su clientela”.
De una  familia sumida en la pobreza
Michel viene de una familia humilde de los bateyes de Barahona, y con orgullo dice que fue limpiabotas, vendió limoncillos, níspero, mango, aprendió un poco de electricidad y mecánica de auto y hasta tuvo una paletera en la Zona Colonial durante un tiempo.
El artista nació a finales de los 50 en el Batey 6 de Barahona, luego vivió en el Batey 7 y más tarde en el Batey Central.
Sin estudiar aprendió a hablar un poco portugués, francés, inglés y creole, ya que su bisabuela era de origen africano.
Todo inició cuando su madre salió embarazada de un jovencito en la escuela primaria de su comunidad, con apenas 13 años de edad.
Cuando los padres de se enteraron del caso la echaron de la casa y al estar desamparada una tía la acogió, pero cuando estaba casi al dar a luz, la tía le retiró su apoyo.
Su madre lo parió con 13 años
La niña, sin saber qué hacer, salió a dar a luz y lo hizo en un basurero donde dejó abandonado al niño, como una forma de salir de una vez y por toda de la boca de la gente, que le reprochaba estar embarazada a tan corta edad. El niño que nació esa noche era Michel.
“Donde ella me parió en ese basurero ahí mismo me dejó. Me contaron que a eso de las 5:00 o 6:00 de la mañana un sereno (seguridad) me encontró y me llevó a su casa. Cuando el hombre llegó conmigo en brazos su mujer le preguntó: ¿y esto?, y él le respondió que se lo había encontrado tirado y no lo iba a dejar morir.
Ella le dijo que había que buscar a sus padres porque ya ellos tenían nueve hijos que eran más que suficientes”, dijo el artista.

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