Hollywood nos tenía acorralados con testosterona cinematográfica a principios de los 90s. Desde la cartelera a los videoclubs, no había forma de escapar la ola de héroes de acción que abanderaban Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone. Ellos abrieron el camino a un fenómeno de masas que en 1992 recibió con los brazos abiertos a un desconocido Steven Seagal y su Alerta Máxima.
El actor y experto en artes marciales se labró una carrera como
ídolo de acción interpretando a personajes justicieros, enfrentándose a criminales y corrupción, siempre con pistola en mano. En tierra peligrosa, Decisión crítica o Alerta máxima 2 fueron algunos de sus mayores éxitos comerciales, captando seguidores por todo el mundo que no se perdían ninguna de sus películas. Sin embargo, detrás de esa fachada de ídolo se cocía un escándalo tras otro, acallado por el machismo del Hollywood de antaño..Reconozco que siempre tuve dificultades a la hora de calificar a Steven Seagal como estrella de acción. Sus películas no han dado grandes resultados de taquilla y solo Alerta máxima contentó a los críticos en los 90s. No obstante tenía el apoyo de varios productores y un mercado que lo mantenía a flote ante la demanda de héroes de acción que se vivió en los 90s. Era un personaje todoterreno que además de protagonizar sus propias escenas de acción, escribía, producía y hasta dirigía si hacía falta. Era una apuesta práctica y polifacética a la hora de invertir.
Sin embargo, la industria del cine era diferente por entonces. Cuando él comenzaba sus pinitos en Hollywood todavía faltaban tres décadas para llegar al destape de los abusos de poder y sexuales que se cocían en los rincones más oscuros de la industria. No había movimientos como #MeToo y, como sabemos ahora gracias al testimonio de decenas de actrices, el silencio era la única arma que muchas encontraban para subsistir en una industria donde el poder era masculino. Y en el caso de Steven Seagal, mientras él se labraba una carrera de ídolo de masas delante de la galería; por detrás, muchas mujeres habrían sufrido abusos que provocan escalofríos.
Un buen puñado de supuestas víctimas denunciaron a lo largo de los últimos 30 años, pero sus historias quedaron en el olvido por culpa de esa aura de protección que, hasta hace poco, otorgaba la fama. Nadie parecía cuestionar nada y los casos se zanjaron fuera de los juzgados, eran desestimados o finalmente retirados. Pero ahora que vivimos en una era donde sí cuestionamos, sí preguntamos y esa aura ya no sirve de nada, una de esas supuestas víctimas vuelve a levantar el velo a la otra aparente cara de Steven Seagal.
Julianne Margulies trabajó con él en aquellos inicios viviendo en sus propias carnes la supuesta faceta “depredadora” del actor, según las palabras que ella misma utiliza. La actriz recordada por su papel de la enfermera Carol Hathaway en Urgencias y por su gran trabajo en la serie The Good Wife, debutó delante de las cámaras en la película Buscando justicia de 1991. Para ella era su debut interpretativo, y para él suponía su cuarto largometraje y el que logró catapultarlo como nuevo héroe de acción dando paso a continuación a su película más reconocida, Alerta Máxima..
De/ Valeria Martínez
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