Para algunos, hablar de “Los mejores Ferraris…” es casi una redundancia. Y es que incluso fuera de la industria, pocas compañías pueden presumir de tener el prestigio de Ferrari. Podríamos decir que la famosa marca italiana juega en la misma liga que Rolex y Christian Dior. Y sí, por supuesto que ha vivido altibajos desde su fundación en 1947, pero no hay un sólo automóvil con el emblema del Cavallino que no merezca nuestra atención. Echar una mirada al pasado de Ferrari es como caminar por el Salón de la Fama del Rock and Roll. Y en la siguiente lista, hemos elegido algunos de los modelos que destacan por su diseño, rendimiento y tecnología.
Ferrari 125 S
Fabricado en 1947, el 125 S fue el primer automóvil en llevar el nombre de Ferrari. En su interior, se anidaba un motor V12 de 1.5 litros que enviaba 118 caballos de fuerza a las ruedas traseras a través de una transmisión manual de cinco velocidades, algo que era asombroso en aquel momento. Y si bien cuando compitió por primera vez tuvo que abandonar la carrera, ayudó a Ferrari a asegurar su primera victoria en el Gran Premio de Roma de 1947. Ferrari construyó sólo dos ejemplares del 125 S antes de reemplazarlo por el 159 S, que usaba un motor más grande de 1.9 litros ajustado para producir 125 caballos. Las diferencias visuales entre los dos modelos fueron menores, cosa que agradecemos enormemente.
Ferrari 250 GTO
El 250 GTO es el Ferrari clásico por excelencia, algo así como la Mona Lisa del mundo automotriz. Un total de 39 ejemplares se fabricaron entre 1962 y 1964 y colectivamente tienen uno de los pedigrís de carreras más impresionantes de todos los tiempos. Sus líneas voluptuosas y proporciones atemporales contribuyen al atractivo del automóvil. Los 250 GTOs rara vez salen a la venta, y los pocos que cambian de dueños lo hacen en transacciones de $40 y hasta $60 millones de dólares. Ser dueño de uno significa ser parte de un club muy, pero que muy exclusivo. La lista de propietarios pasados y actuales incluye a Sir Stirling Moss, el baterista de Pink Floyd Nick Mason y Ralph Lauren.
Ferrari 500 Superfast
Lanzado en 1964, el 500 Superfast mostró al mundo que un Ferrari podía ser deportivo y lujoso en partes iguales. El nombre Superfast aludía —evidentemente— a su motor V12 de 5.0 litros montado en la parte delantera con una potencia de 400 caballos de fuerza. En el interior, los cuatro pasajeros disfrutaban del rugido de sus cilindros rodeados de tapicería de cuero suave y piezas de madera real. La producción del 500 Superfast original totalizó 25 unidades. Los primeros modelos llegaron con una transmisión manual de cuatro velocidades. En 1966, Ferrari construyó 12 ejemplares adicionales con una transmisión manual de cinco velocidades.
El departamento de archivos de Ferrari explica que el 500 Superfast fue el último coupé de bajo volumen de la compañía. A finales de la década de 1960, se hizo cada vez más difícil para los funcionarios justificar la realización de grandes inversiones para construir automóviles de bajo volumen como el Superfast. Desde entonces, Ferrari se centró en la producción en serie.
Ferrari Dino 206 GT
El Dino 206 GT fue el primer intento serio de Ferrari por fabricar un automóvil de nivel de entrada más pequeño. El modelo estaba dirigido directamente a competir con el Porsche 911, pero al fundador de la compañía, Enzo Ferrari, no le gustó la idea de poner su nombre en un automóvil que no llevara un V12 bajo la carcasa. El nombre Dino fue elegido para honrar a su hijo, Alfredo, que murió en 1956. El apodo 206 lo dice todo: la potencia le era proporcionada por un motor V6 de 2.0 litros. Mucho más ligero que un V12, este seis cilindros estaba montado justo detrás de los asientos, haciendo al 206 GT además mucho más ágil de conducir que otros Ferraris de su época. El 246 GT —que llegó dos años más tarde— fue aún mejor, ya que recibió una variante más potente del V6.
Durante mucho tiempo, el 206 GT no se consideró un Ferrari “real” debido a su conteo de cilindros inferior y los precios estaban en el lado bajo, al menos, tratándose de un Ferrari. Sin embargo, los coleccionistas se han ido enamorando de esta máquina y el 206 GT es muy buscado y valorado hoy en día.
Ferrari 365 GTB / 4 “Daytona”
Los últimos años de los 60 fueron difíciles para Ferrari. Su equipo de carreras había perdido vergonzosamente las 24 Horas de Le Mans ante Ford varias veces seguidas, y un viejo cliente llamado Ferruccio Lamborghini se transformó en su más encarnizado rival, comenzando a hacer olas en Italia y en el extranjero con un sexy superdeportivo llamado Miura. Ferrari respondió con el 365 GTB / 4 diseñado por Pininfarina, que más tarde fue apodado Daytona, en honor a la victoria 1-2-3 del fabricante en las 24 Horas de Daytona. El modelo rompió lazos con otros miembros de la alineación Ferrari adoptando un diseño más angular, el cual anticipó con bastante precisión las tendencias de estilo de los 70. Al principio, creó algo de controversia, pero finalmente se popularizó y se fabricaron más de 1,400 ejemplares entre 1968 y 1973.
Ferrari 308
Ferrari volvió a fichar a Pininfarina para diseñar un sucesor digno del 246 GT, su modelo de nivel de entrada. Las suntuosas líneas del Dino quedaron entonces surcadas en un diseño más angular, “cuadrado”, perfectamente en sintonía con las tendencias prevalecientes en la década de los 70. Los orificios de ventilación en el cuerpo indicaban la presencia de un potente motor V8 justo detrás del compartimiento de pasajeros. El 308 GTB hizo su debut en 1975 con un cuerpo de fibra de vidrio. Durante la década de los 80, Ferrari amplió la alineación 308 con variantes coupé y modelos convertibles. La inyección de combustible llegó en 1980, un V8 con cuatro válvulas por cilindro hizo su debut en 1982, y Ferrari dio a su modelo de nivel de entrada un nuevo motor de 3.2 litros en 1985.
Ferrari Testarossa
El Testarossa hizo su debut público en el Auto Show de París de 1984. Su nombre literalmente significa “pelirrojo” en italiano. Su placa de identificación era una referencia a las culatas rojas del motor, y un homenaje al auto de carreras Testa Rossa original, presentado en 1957. Un motor de 12 cilindros y 5.0 litros ubicado a centímetros del compartimiento de pasajeros bombeaba 390 caballos, pero a diferencia de su predecesor, el Testarossa no fue desarrollado para lanzarse a las pistas. Se trataba de un automóvil de turismo, con una cabina que enfatizaba tanto el deporte como el lujo. La tapicería de cuero y el aire acondicionado lo convirtieron en el acompañante ideal para los viajes por carretera, siempre que sus ocupantes no llevaran demasiados bultos consigo.
Las líneas diseñadas por Pininfarina le dieron un aspecto elegante y moderno. El Testarossa estaba en las paredes de los dormitorios de miles de niños a fines de los ‘80, junto a la imagen del Lamborghini Diablo con sus puertas de tijera apuntando hacia el cielo.
Ferrari 288 GTO
El 288 fue el primer Ferrari en llevar la placa con el nombre GTO desde el icónico 250 GTO. A primera vista, parecía un 308 equipado con un kit de carrocería más musculoso, pero este es uno de esos casos en los que no debes juzgar un libro por su portada.
El 288 GTO fue desarrollado para participar en eventos de rally del Grupo B. Fue fabricado alrededor de un chasis tubular, y su cuerpo estaba hecho con materiales compuestos como Kevlar y fibra de vidrio. La potencia era obra de un V8 de 2.8 litros que se valía de un par de grandes turbocompresores para generar 400 caballos de fuerza, los suficientes como para hacer que el GTO pudiese alcanzar una velocidad máxima de 200 mph, unos 322 km/h.
Ferrari inicialmente anunció que fabricaría solo 200 ejemplares del GTO, el mínimo requerido para que el vehículo pudiese ingresar en las competiciones del Grupo B. Sin embargo, el primer lote se vendió tan rápido que se decidieron ensamblar otros 72 ejemplares.
Ferrari F40
Porsche acaparó buena parte de la atención de la industria automotriz en 1986 cuando introdujo su modelo 959. Para no ser superado por su rival alemán, Ferrari esperó hasta el año siguiente y presentó su F40, el cual fue anunciado como un verdadero auto de carreras que podía llevarse por las calles.
El F40 fue desarrollado para celebrar el 40 aniversario de la marca. Hizo un extensivo uso de materiales compuestos, cosa que hoy en día parece normal, pero que resultaba muy impresionante en esos tiempos. Contaba además con un interior despojado, el cual hacía sentir a los ocupantes como si viajaran a bordo de un prototipo de Le Mans. Su apariencia limpia y baja le ha otorgado al F40 la distinción de ser uno de los diseños más reconocibles de Ferrari.
Los ingenieros crearon para él una evolución del V8 de 3.0 litros del 288 GTO. El resultado fueron 478 caballos de fuerza en lugar de 390, más que suficiente en un automóvil que registraba en la balanza solo 2,425 libras. Y disculpas de antemano, pero no lo dijimos nosotros: Enzo Ferrari declaró que el F40 era “tan rápido que hará que te cagues en tus pantalones”.
Ferrari F50
Mercedes-AMG se jacta de que pondrá la tecnología de la Fórmula 1 a las calles con el próximo Project One. Genial, sí, no nos malinterpreten: pero no es algo pionero en este campo. Ferrari hizo eso mismo hace 25 años con su F50. Su motor V12 de 4.7 litros fue una evolución del 12 cilindros y 3.5 litros que impulsó su modelo de Fórmula 1 de 1990.
Como su nombre lo indica, el F50 fue la continuación del F40. Hubo algunas similitudes visuales entre los dos modelos, especialmente cuando se miraban desde un costado. Pero el F50 lucía notablemente más contemporáneo que su predecesor. Ilustraba perfectamente el lenguaje de diseño actual de Ferrari. La compañía fabricó 349 ejemplares del F50 —buena parte de ellos, hechos a mano— en su fábrica de Maranello, Italia.
*Actualizado el 5 de mayo.
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