jueves, 30 de noviembre de 2017

El gran duelo de los depredadores: Tiburón blanco vs Orca

A primera vista, el título puede sonar a una de esas películas de serie b que emiten por televisión en la sobremesa de los sábados, sin embargo estos encuentros entre grandes depredadores se dan con cierta frecuencia en la naturaleza. Un choque de trenes en el que el ganador consigue un preciado y abundante botín.
El cine y la literatura de las últimas décadas han extendido la idea de que el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es el más temible y poderoso depredador del planeta. Por otro lado, la visión popular de las orcas es mucho más amable. Quizá por ser animales muy sociales y que podemos encontrar entrenados en algunos parques acuáticos, tenemos la sensación de que son menos temibles que los tiburones… nada más lejos de la realidad.
Si nos planteamos este enfrentamiento como un combate de boxeo y comenzamos por enumerar sus medidas y características, nos encontraremos que en “este lado del ring” tenemos al gran tiburón blanco que suelen alcanzar los 7 metros de longitud, un peso de 2.200 kilos y pueden alcanzar velocidades de 45 km/h. En la otra esquina tenemos a las orcas que superan en todos los aspectos citados a los tiburones: superan fácilmente los 9 metros, llegan a pesar hasta 9.000 kilos y son capaces de igualar o superar la velocidad de los tiburones al moverse a casi 50 km/h.
La dieta de las orcas depende mucho de la zona donde se muevan, por tanto cuando estos dos grandes depredadores coinciden en una misma región, los choques son inevitables y las orcas consideran a los tiburones blancos una presa difícil pero muy jugosa… sobre todo, una parte muy específica del tiburón hace las delicias de las orcas.
En este año 2017, los cadáveres de cinco grandes tiburones blancos han llegado hasta las costas sudafricanas de la provincia de Western Cape. Los biólogos encargados de estudiar estos tiburones encontraron algo realmente sorprendente: el cuerpo de los escualos estaba casi intacto pero a todos les faltaba el hígado.
Todos conocemos el exquisito paladar de las orcas. Por ejemplo sabemos que cuando cazan cachalotes, dejan casi todo el cuerpo de su presa y solo se comen la lengua.
En los ataques contra tiburones blancos, las orcas atacan con ferocidad la parte inferior de las aletas en busca de un suculento bocado de hígado de tiburón, dejando el resto del cuerpo intacto.
Las marcas de las dentelladas no solo apuntan directamente a un grupo de orcas avistadas en esas aguas sino que también muestran una depredación muy precisa.
El hígado de tiburón es muy grande, representa más del 5% del peso corporal total de un tiburón y es muy rico en aceites y grasas. De hecho, los análisis de hígados de tiburón blanco en particular muestran un contenido lipídico extremadamente alto: el 95% de ese órgano es grasa, superando en densidad incluso a la grasa de ballena.
Un solo hígado de tiburón puede llegar a pesar 75 kilos y, además de ser una potente fuente de energía grasa, carbohidratos y proteínas, aporta también todo tipo de nutrientes como vitamina C, vitamina B12, ácido fólico, vitamina B6, niacina, riboflavina, vitamina A, hierro o sodio. Una delicatesen irresistible para una orca.
Referencias científicas y más información:
Kessel, ST, Hussey, NE. 2015. Tonic immobility as an anaesthetic for elasmobranchs during surgical implantation procedures. Canadian Journal of Fisheries and Aquaculture Science. 72. 1-5.

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