Santo Domingo RD. En una relación de pareja se dan muchas situaciones en las que se deben tomar decisiones.
En ocasiones se trata de decisiones poco importantes, como si salir a cenar el sábado en la noche o no y en ocasiones se trata de decisiones importantes, como en qué se gasta el dinero o a qué escuela van los hijos.
Con frecuencia la discusión no es realmente por lo que se está decidiendo, sino para establecer quién manda en la relación, quién tiene el poder y el control.
El control puede manejarse en forma abierta o encubierta y puede ser a través de gritos, dinero, sexo, hijos, etc.
La lucha por el control y sobre todo cuando es a través de la agresión o la manipulación es muy destructiva para la relación de pareja.
La persona que se somete suele quedar resentida y buscar la forma de desquitarse, generalmente de una manera encubierta, conocida como agresión pasiva.
Como por ejemplo, olvidarse de cosas importantes para la pareja, hacer comentarios que son humillantes para la otra persona, hacerla quedar mal ante los hijos, etc.
En ocasiones se trata de decisiones poco importantes, como si salir a cenar el sábado en la noche o no y en ocasiones se trata de decisiones importantes, como en qué se gasta el dinero o a qué escuela van los hijos.
Con frecuencia la discusión no es realmente por lo que se está decidiendo, sino para establecer quién manda en la relación, quién tiene el poder y el control.
El control puede manejarse en forma abierta o encubierta y puede ser a través de gritos, dinero, sexo, hijos, etc.
La lucha por el control y sobre todo cuando es a través de la agresión o la manipulación es muy destructiva para la relación de pareja.
La persona que se somete suele quedar resentida y buscar la forma de desquitarse, generalmente de una manera encubierta, conocida como agresión pasiva.
Como por ejemplo, olvidarse de cosas importantes para la pareja, hacer comentarios que son humillantes para la otra persona, hacerla quedar mal ante los hijos, etc.
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