Samuel Miranda, maquillador de Kendo asegura que el contouring está desapareciendo, y lo que está pegando con fuerza es el draping. Se trata de una nueva tendencia traída de los años 80 creada por el maquillador Way Bandy, que nos ayuda a estructurar nuestro rostro con la ayuda del blush (ya sea en crema o en polvo). "Consiste en construir un rubor a tu medida con un efecto natural. El draping tiene una forma de aplicarlo en concreto dependiendo del tipo de rostro y del efecto que queramos conseguir". Lo bueno de esta técnica no solo es que permite crear un maquillaje en pocos gestos, ya que el rostro se esculpe combinando un dúo de blush claro y oscuro, sino que es la técnica perfecta para las menos mañosas con la brocha.
Lo que se consigue aplicando los dos tonos opuestos de colorete, añade Miguel Álvarez, maquillador oficial de Max Factor, "es un contraste que tiene como resultado un rostro saludable y luminoso”. Por su parte, el Global Make Up Artist de Marc Jacobs Beauty, Gilber Soliz, asegura que cada rostro es diferente y por eso, siempre le gusta empezar de cero: "Cuando tengo una clienta frente a mí, que cada una es única y diferente, según su óvalo facial y tono de piel, escojo el tono y la técnica a aplicar"
"Es un modo de fijación del maquillaje, sobre todo bajo los ojos, que consiste en fijar polvos sueltos sobre dos capas de corrector. De este modo, la cobertura es casi total y al cabo de unos minutos y gracias al calor de la piel, ambos productos se unen y crean una capa de corrector fijo e inamovible. El polvo sobrante se retira con una brocha de pelo suelto", nos dice Gato, maquillador oficial de Maybelline NY, que opina que es "un método efectivo para chicas con ojeras muy oscuras o que tienden a absorber el maquillaje".
"Es importante tener la zona muy hidratada y cuidada. Hay que batir bien ambas capas de corrector. La piel tiene que estar perfectamente maquillada antes de depositar el polvo", apunta Gato que nos da un tip que debes tener en cuenta: "Es un error aplicar una capa demasiado gruesa de corrector. Mejor dos capas ligeras".
"Claramente existe una tendencia, con muchas seguidoras, a maquillajes muy trabajados, con correcciones en rostro, cejas, párpados que buscan una piel muy filtrada, mate y apolvada. Y el baking ayuda a conseguir esos efectos. Pero no es una técnica nueva. Siempre ha sido muy usada en teatro y actuaciones ya que ayuda a que el maquillaje aguante bien el sudor y los focos", añade.
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