Michael Jordan alcanzó la gloria en Chicago Bulls obteniendo seis anillos de campeón de la NBA en apenas ocho años. Los primeros tres títulos fueron entre 1991 y 1993 para luego retirarse por primera vez de la actividad profesional e irse a probar suerte en el béisbol, decisión que tomó por el asesinato de su padre. Volvió a la franquicia de Illinois para conseguir el segundo ‘Three-Peat’ entre 1996 y 1998, uno de los mejores quintetos de la historia liderado por el legendario escolta. Allí daría por concluida su carrera en el campeonato estadounidense por segunda vez.
Pero las ganas de ser competitivo y mantenerse vigente lo llevaron a vestirse de cortos una vez más. En septiembre de 2001, unos días después de los atentados a las Torres Gemelas, Jordan oficializaba su regreso a las canchas de la NBA pero esta vez con los Washington Wizards, equipo donde estaba como presidente de operaciones.
En la franquicia capitalina estuvo dos temporadas como jugador, llegando hasta los 40 años en las canchas de la NBA y donde tuvo actuaciones destacadas a pesar de su edad, promediando 21.2 puntos en los 142 partidos con los Wizards.
Sin embargo, se ha sabido que Jordan se arrepiente de haber alargado tanto su carrera y que no debió regresar a defender los colores de un quinteto cuando dejó los Bulls por segunda vez. Según el exjugador de la NFL, Ray Lewis, en diálogo con FOX News, el legendario escolta le hizo esta confesión.
“En términos de legado, Jordan me dijo que nunca debió haber vuelto a las canchas”, indica Lewis sobre el retorno del que muchos consideran el mejor jugador de todos los tiempos de la NBA.
Su regreso a las canchas hizo que sus números y estadísticas bajaran considerablemente pero su presencia llenaba los pabellones de aquella época solo para ver a Jordan en acción, lastimosamente no como en sus mejores años. Pudo haber cerrado con broche de oro sus días en la NBA con la consecución del sexto anillo en los Bulls en 1998.
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