Sigue la saga de problemas financieros de Luis Miguel. No solo no ha resuelto la demanda por $1 millón que le interpuso su exmanager, William Brockhaus, por la cual incluso fue detenido el año pasado en Los Angeles, ahora resulta que también en México la Junta Local de Conciliación y Arbitraje dictaminó a todas las instituciones bancarias de ese país que rastreen las cuentas a su nombre y las embarguen.
Según reportó ayer el programa Hoy (Televisa), esta medida es el paso más reciente que se ha dado en relación a la querella por despido injustificado que le interpuso su extecladista Arturo Pérez Figueroa, en octubre del 2005.
La demanda indica que Pérez trabajó para el artista por 15 años, pero se le despidió sin razón. En agosto del 2014 esa junta falló a favor del empleado por lo que se le instruyó a Luis Miguel Gallego Basteri, nombre verdadero del artista, que se le devolviera su puesto al músico y el pago de $339.485. Sin embargo el cantante ignoró la orden del juez y jamás pagó.
En vista de su desacato, ayer el juez a cargo agregó a esa cifra el pago de regalías, tiempos extras, actuaciones laboradas y prestaciones, totalizando más de un millón y medio de dólares. Para ser más precisos: $1.697.429.
Para asegurarse de que esta vez “Luismi” si cumpla con lo que debe, también se ordenó que se rastreen todas sus cuentas de ahorro, inversiones y chequeras en todas las instituciones bancarias del país, y que se le embarguen.
Este es solo el último capítulo de reveses de quien fuera una de las luminarias más poderosas del pop latino. Se creía que la transmisión de una serie de televisión no autorizada sobre su vida, el cantante que desde hace siete años no graba un disco, podría ayudar a su carrera, pero ésta fue cancelada la semana pasada.
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