MIAMI.- Pistolas, revólveres, fusiles y municiones están primorosamente expuestos en una feria de armas en Miami. Hace apenas cuatro días, en la localidad de Parkland, a apenas una hora de distancia, un joven de 19 años masacró a 17 estudiantes en una escuela con un AR-15.
Ahora Mike Vallone se está comprando la misma arma en la feria. ¿Por qué querría este señor, que ya posee medio centenar de armas, levantarse una mañana y comprarse un rifle semiautomático? ¿Por qué quiere tantas armas?
"Porque yo decido tenerlas. Tengo el derecho constitucional de tenerlas y yo elijo ejercer ese derecho", dice Vallone, de 55 años.
La Florida Gun Shows -que organiza cerca de cinco exposiciones mensuales en las principales ciudades de este estado- abrió anteayer en las afueras de Miami.
Unos 140 expositores despliegan armas y parafernalia en mesones a menudo decorados con cabezas de caimanes disecadas.
"Disfrutarán de un enorme despliegue de armas de fuego, munición, cargadores, cuchillos y mucho más", publicita el evento en su página web.
Un hombre expone cuchillos artesanales hechos con huesos de jirafa. Una mujer presenta un pulidor de armas biodegradable. Un vendedor de armas de electroshock de efecto paralizante discurre sobre las ventajas de la electricidad: "No necesitas hacer el papeleo, ya mismo te la puedes llevar".
Estudiantes protestan contra Trump en acto contra el uso de armas en EE.UU.
La cola para entrar es larga, el estacionamiento está atiborrado y la feria es todo un éxito. El público es mayoritariamente masculino, algunos con sus hijos pequeños de la mano. Los menores de 12 años no necesitan pagar entrada; para el resto el valor es de 13 dólares.
Una de las armas más demandadas es la AR-15. Los vendedores explican que mucha gente teme que prohíban la venta de este rifle, que está en el epicentro del debate sobre la portación de armas debido a su frecuente uso en tiroteos masivos en Estados Unidos. Fue usado también en tiroteos masivos en Las Vegas (58 muertos), Sutherland Springs (26) y Newtown(26).
La prensa "hace parecer que [el AR-15] es malvado", dice Vallone, mientras sostiene el rifle que está por comprar. "Esto no hace nada por sí mismo. Se necesita que un ser humano lo agarre, apunte a alguien y dispare".
Como cada vez que ocurre un tiroteo, la sociedad norteamericana se polariza entre los amantes de las armas y quienes exigen mayores controles. Es un tema sensible porque la libre portación está garantizada por la segunda enmienda de la Constitución.
"Es estupendo hablar de legislación, siempre que no infrinja nuestros derechos", dice George Fernández, vocero de la Florida Gun Shows, en defensa de la segunda enmienda
El tema es político: en una esquina, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) hace un agresivo lobby en Washington a favor de mantener el statu quo. En la otra esquina, los que abogan por un mayor control dicen que el registro criminal no es suficientemente concienzudo y que muchas veces falla en alertar sobre problemas mentales.
"El foco en el mayor control de armas es un error y no evitará que alguien determinado a matar cometa crímenes", dice Vallone, que emplea un argumento frecuente entre los defensores de la libre portación de armas.
"No es para todo el mundo, estoy completamente de acuerdo. Todos necesitan un registro de historia criminal. Yo estoy pasando por uno ahora", y señala al vendedor, concentrado frente a una laptop.
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