martes, 31 de octubre de 2017

Con tres arrestos, el Rusiagate golpea como nunca a Trump

WASHINGTON. El escándalo Rusiagate golpeó como nunca antes la presidencia de Donald Trump y desató un terremoto político en Washington al dar un giro histórico y explosivo: por primera vez, tres hombres del presidente fueron imputados y arrestados, y uno de ellos aceptó haber mentido sobre sus contactos con el gobierno de Vladimir Putin.
Robert Mueller, el fiscal especial que lidera la investigación sobre la injerencia de Rusiaen la última elección presidencial, acusó de una docena de crímenes al ex director de campaña de Trump Paul Manafort y a su socio Richard Gates, y cerró un acuerdo con un ex asesor de política exterior del mandatario, George Papadopoulos, quien brindó a cambio el recuento más detallado conocido hasta ahora de los contactos con el Kremlin.
Papadopoulos dijo que se había reunido con la "sobrina de Putin" y que los rusos habían ofrecido "mugre" sobre Hillary Clinton, rival de Trump.
Las acusaciones de Mueller marcaron una dramática escalada en la trama rusa al canjear trascendidos por evidencias y acusaciones concretas -para muchos, apenas la punta del iceberg- en cuatro escritos judiciales que dejaron a la Casa Blanca a la defensiva, intentando desviar la atención o enterrar las sospechas despegándose con cualquier recurso de los acusados y del escándalo.
Manafort y su ex socio Richard Gates se entregaron tras ser acusados de 12 cargos, incluidos lavado de dinero, fraude impositivo y "conspiración contra Estados Unidos", por sus actividades de consultoría política entre 2006 y 2015, que incluyeron trabajos para el ex presidente de Ucrania Viktor Yanukovich, cercano a Putin. Ambos se declararon inocentes ante un juez y quedaron bajo arresto domiciliario.
"Perdón, pero esto fue hace años, antes de que Paul Manafort fuera parte de la campaña de Trump. ¿Por qué no son el foco Corrupta Hillary y los demócratas?", tuiteó Trump.
El testimonio de Papadopoulos pareció ser más dañino para la Casa Blanca. Papadopoulos aceptó cooperar y llegó a un acuerdo con los fiscales federales al declararse culpable de mentir sobre sus contactos con el Kremlin. Papadopoulos habló con tres personas: un "profesor" radicado en Londres con "conexiones sustanciales" con "altos funcionarios del gobierno ruso", una mujer a quien identificó como "sobrina de Putin" y una persona en Moscú vinculada al Ministerio de Relaciones Exteriores del Kremlin. "Los rusos tienen mugre sobre Clinton", le dijo a Papadopoulos el "profesor", según uno de los documentos judiciales. "Tienen miles de mails", agregó.
Papadopoulos admitió haber mentido sobre "el alcance, el momento y la naturaleza" de sus comunicaciones con esos contactos durante un interrogatorio con investigadores del FBI en enero, apenas siete días después de que Trump asumió la presidencia.
Por ese entonces, los agentes del FBI, que todavía dirigía James Comey, llevaban poco más de medio año investigando la intervención del Kremlin en la elección presidencial de 2016.
"Es directa evidencia de que alguien de la campaña de Trump fue contactado por Rusia", dijo Mark Warner, senador demócrata, que también investiga el Rusiagate.
La Casa Blanca intentó despegarse de Papadopoulos y del escándalo, y se aferró a una estrategia que la prensa amigable con Trump desplegó en los últimos días: cargar contra Hillary Clinton.
"Hay pruebas claras de que la campaña de Clinton coludió con la inteligencia rusa para difundir la desinformación y difamar al presidente para influir en las elecciones", dijo la vocera presidencial, Sarah Sanders. "Hemos estado diciendo desde el primer día que no ha habido evidencia de colusión entre Trump y Rusia, y nada en la acusación de hoy lo cambia en absoluto", agregó.
Pero el nombre del presidente quedó plasmado en los escritos. Un ejemplo: el 21 de mayo de 2016, cuando Trump se encaminaba a obtener la candidatura presidencial, Papadopoulos envió un correo a un "alto miembro de la campaña" cuyo asunto decía: "Pedido de Rusia para reunirse con el Sr. Trump". El correo incluía otro correo del contacto con la cancillería rusa y afirmaba: "Rusia ha estado ansiosa por reunirse con Trump desde hace bastante tiempo y me han buscado para discutirlo".
El funcionario de la campaña respondió: "Discutámoslo. Necesitamos alguien que comunique que DT no va a hacer este viaje. Debería ser alguien de bajo rango para no mandar ninguna señal".
Tres hombres del presidente, en la mira de la justicia
Rick Gates
Socio de Paul Manafort
Era la mano derecha de Paul Manafort, el ex director de campaña de Trump. Se conocieron en 2006 en una compañía de lobby internacional que realizaba varios trabajos en Ucrania
Fue acusado de 12 cargos, incluidos lavado de dinero, fraude impositivo y "conspiración contra Estados Unidos"
George Papadopoulos
ex asesor de política exterior
Llegó a un acuerdo con los fiscales federales al declararse culpable de mentir sobre sus contactos con el Kremlin
Papadopoulos contó que una de sus fuentes, un profesor radicado en Londres con contactos en el gobierno ruso, le dijo que los rusos "tienen mugre sobre [Hillary] Clinton"
Paul Manafort
ex jefe de campaña de Trump
Se sumó al equipo de Trump en marzo de 2016 y se desempeñó como su jefe de campaña entre junio y agosto
En agosto abandonó el cargo debido a reportes que lo acusaban de recibir financiamiento de un partido de Ucrania favorable al gobierno de Rusia. Ayer fue acusado de 12 cargos

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