Varios amigos de Jelinic han contado en diversos medios como el Daily Mail que se trataba de un gran aficionado a la caza que después de conseguir todos los trofeos posibles en Europa, había decidido hacer este viaje a Sudáfrica en busca de la que sería la reina de su corona personal: una cabeza de león.
La cacería, que tuvo lugar el pasado sábado en Leeubosch Lodge, a unas cuatro horas de Johannesburgo y muy cerca de la frontera con Botswana, iba según lo previsto. A Jelinic se le estaba dando bien. Había logrado abatir a un león y acechaba a otro cuando recibió el tiro que lo mató.
El propietario de la granja donde ocurrió todo, Gideon Engelbrecht, ha expicado que no se encontraba en el lugar de los hechos cuando estos ocurrieron y que en cuanto fue informado arregló todo para que un helicóptero volase hasta la zona para trasladarle.
Aunque bajo la lupa de varias organizaciones, este tipo de caza es un deporte legal en Sudáfrica ya que las presas son leones en cautiverio criados con el fin de ser objeto de cacerías.
Jelinic tenía 75 años y el año pasado había decidido alquilar su hotel, del que era propietario, para poder dedicarse recorrer el mundo y hacer todo lo que tenía planeado. Entre esos planes estaba este viaje a Sudáfrica para cazar al que fue con dos amigos. “Pero [Jelenic] era un apasionado cazador de caza mayor y menor, y en su búsqueda, viajó por la mayor parte del mundo”, declaró Slavko Pernar al periódico croata Jutarnji List.
Hay una investigación abierta para esclarecer lo ocurrido.
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