Cuernavaca
Es el nombre de la capital del Estado de Morelos y, si le pones atención, no tiene ningún sentido esta palabra que suena como “cuernos de vaca”. La verdad es que el hombre que le dieron los primeros habitantes a este sitio es “Cuauhnahuac”, que en náhuatl significa “lugar rodeado de árboles” o “junto a los árboles”. Hernán Cortés lo llamaba “coadnabaced” en sus cartas de relación, y Bernal Díaz del Castillo se refería a él como “cuautla vaca”. Es a partir de esta última versión que se le comenzó a llamar “Cuernavaca”.
Sonora
Pareciera que tiene su origen en algo relacionado al sonido pero, según la versión más aceptada, un grupo de españoles bautizó el río Yaqui en honor a la Señora del Rosario. En ese lugar habitaban los ópata y no podían pronunciar “señora”, por lo que solo decían “senora”. El término se habría deformado hasta quedar “Sonora”. Otra versión es que el nombre proviene de la palabra ópata “sonot”, que significa “pozo” o “cuenca”.
Tabasco
Se dice que el nombre de este estado proviene del náhuatl Tla-aush-co, que significa “lugar que tiene dueño”. Tal vez es lo que los habitantes les decían a los españoles para advertirles que no podían tomar ese territorio. Otra versión dice que viene del náhuatl “tlapaco”, que significa “donde la tierra está húmeda”. Una tercera versión sostiene que el nombre es de origen maya: “Tabscoob”, y que significa “fuimos engañados”, lo cual tiene bastante sentido…
Yucatán
Oficialmente se dice que el nombre de este estado proviene del maya “Ma’anatik ka t’ann”, que significa “no entiendo lo que dices”. Otra versión dice que puede provenir de “Yuuc catán”, que es el nombre de los collares de jade, la que pudo ser la respuesta de los mayas al creer que los españoles estaban preguntándoles por aquellos.
Tlapaneco
Otra más que viene del náhuatl y que se refiere a alguien que viene de Tlapa, que es una región en el estado de Guerrero. Significa “lugar de tierra roja”. Sin embargo, los habitantes de aquella región se llaman a sí mismos me’phaa, por lo que consideran ofensivo que aún en estos tiempos se les mencione como despectivamente los llamaron los nahuas: tlapaneco, que es sinónimo de alguien con la cara sucia o pintada.
Chontales
“Chontali” es como llamaban los mexica a los extranjeros y, en algún momento de la historia durante la colonización, se tomó esta palabra para definir a los grupos étnicos de Oaxaca. Sin embargo, ellos no se llaman de esa forma así mismos, sino “slijuala xanuc”, que significa “habitante de las montañas”. Lo mismo sucedió con los “yokot´anob”, que significa “los que hablan la lengua verdadera”, y a quienes hoy se denomina como chontal maya.
Otomí
Su nombre correcto es “Hñâ-Hñû” y significa “los que hablan por la nariz”. Los mexica los llamaban otomí, que en náhuatl significa “flechador de pájaros” o “pueblo sin residencia”, término que era peyorativo. Son el grupo que habita en la zona del centro de México. Lamentablemente el nombre que se les ha quedado es el que los mexica usaban para nombrarlos en forma despectiva: otomí.
Huichol
Se desconoce con certeza de dónde surgió esta palabra, pues el grupo étnico al que se denomina con este término es wixarika y no hay relación aparente entre ambos nombres. La excepción es que, en aquella lengua, “huit charika” significa “agricultor”, y tal vez sea ese el origen de la confusión.
Parachico
Son los danzantes de Chiapa de Corzo durante la festividad de enero y el origen de su nombre es muy sencillo: se dice que proviene de la frase “para el chico”, de la adinerada María Angulo, que pedía un remedio para su hijo enfermo. Como respuesta, recibió una danza para alegrar al niño, creyendo los danzantes que “parachico” era el nombre que se les había dado al personaje que representaban en sus bailes.
Popoloca
Es un término peyorativo que los mexica usaban para referirse a los ngiwa de la zona de Tehuacán, Puebla. Así llamaban los mexica a la gente que balbuceaba o decía incoherencias. Tristemente para los ngiwa, este término se ha mantenido hasta nuestros tiempos
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