jueves, 5 de abril de 2018

Descubren nuevo órgano corporal que podría servir de autopista para la metástais

Oh el engreído ser humano! Creíamos saberlo casi todo de nuestro cuerpo, merced en
primera instancia a las miles de lecciones de anatomía aprendidas de los cadáveres a lo largo de generaciones, y más tarde a dispositivos tecnológicos capaces de permitirnos observar el interior de los vivos sin la agresiva mediación del escalpelo.
Bien, pues qué os parecería si os cuento que un reciente hallazgo acaba de descubrir algo “enorme” que se había ocultado hasta la fecha. O hablo de toda una red de canales repletos de fluido que envuelven todos los órganos a modo de amortiguación contra impactos. ¡Quién iba a decir que algo tan extenso se nos pudiese haber escapado!
Pues en efecto, ahí está, una extensa red de canales llenos de líquido que podrían constituir un órgano previamente desconocido y protector del resto de órganos. La parte negativa del descubrimiento es que – por desgracia – esta red parece ayudar a transportar células cancerosas alrededor del cuerpo.
Como en infinidad de ocasiones anteriores debemos este descubrimiento a la casualidad, ya que se infirió la presencia de estos canales a partir de unas endoscopias rutinarias. Una endoscopia es un procedimiento que consiste en insertar una cámara delgada en el tracto gastrointestinal de una persona. Los equipos más modernos permiten a los médicos aprovechar este procedimiento para obtener, simultáneamente, una visión microscópica del tejido desde el interior del intestino. ¡Y ahí fue cuando aparecieron algunos resultados sorprendentes!
Un equipo de doctores neoyorquinos que se encontraba realizando una endoscopia del conducto biliar de un paciente, esperaba encontrar a este conducto rodeado por una pared de tejido dura y densa. Sin embargo vieron patrones extraños e inexplicables, por lo que decidieron consultar su hallazgo con Neil Theise, reconocido patólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York.
Cuando Theise empleó el mismo dispositivo de endomicroscopía consigo mismo, observando el tejido bajo de la piel de su propia nariz, obtuvo un resultado similar. La investigación adicional de otros órganos sugirió que estos patrones se forman a partir de canales de colágeno a través de los cuales se mueve un líquido, y que estas estructuras se aprecian en todas partes del cuerpo. ¿Su nombre? De momento Theise se refiere a este esquivo órgano, uno de los mayores del cuerpo humano, como “el interstitium”.
Theise estima que cada tejido en el cuerpo puede estar rodeado por una red de estos canales, que esencialmente forman un órgano. El equipo cree que este nuevo órgano puede contener alrededor de una quinta parte del volumen total de líquido del cuerpo humano.
¿Entonces cómo es que nunca lo hemos visto? En opinión de Theise, la razón probable es que las intervenciones comunes para procesar y visualizar el tejido humano, basadas en cirugía, hacen que los canales se drenen y que las fibras de colágeno que dan a la red su estructura colapsen sobre sí mismas. Esto habría hecho que los canales parecieran una pared dura de tejido protector denso, en lugar de un cojín lleno de líquido.
Como os comentaba al principio, además de proteger los órganos, esta red también puede ayudar a la propagación del cáncer. Cuando el equipo de Theise analizó muestras tomadas de personas que padecían cánceres invasivos, encontraron evidencia de que las células tumorales que habían salido de sus tejidos originales pudieron encontrar un camino en estos canales, que los llevaron directamente al sistema linfático. “Una vez que entran, es como si estuvieran en un tobogán acuático”, afirma Theise. “Tenemos una nueva ventana sobre el mecanismo de diseminación tumoral“.
Theise y sus colegas investigan ahora si analizar el líquido de estos canales recientemente descubiertos podría conducir a un diagnóstico más temprano de cánceres. Creen que este nuevo órgano podría estar relacionado también con otros problemas, como el edema (una rara enfermedad hepática) y otros trastornos inflamatorios
Referencia en prensa científica: Scientific ReportsDOI: 10.1038/s41598-018-23062-6
Me enteré leyendo NewScientist.

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