El ex púgil argentino Pablo Chacón, volvió a ser noticia en la prensa argentina, pero no precisamente por su legado al boxeo de su país.
Su nombre se regó como pólvora en los medios argentinos luego que las autoridades reportaran el arresto de Matías Colón, quien resultó ser el hijo mayor del ex medallista olímpico.
Según el informe policiaco, el joven de 21 años fue detenido en Las Heras, Mendoza, y acusado de perpetrar una serie de asaltos (algunos a mano armada) en colectivos de la ciudad. El joven fue interceptado por la policía por realizar movimientos sospechosos y ofrecer información falsa al ser detenido. Entonces, las cámaras de seguridad de la plaza donde se encontraban los autobuses revelaron que el individuo asaltó a pasajeros y conductores, algunos a mano armada.
Tras la noticia, se conoció la tormentosa y distante relación que han tenido padre e hijo a través de los años.
Según trascendió, Chacón conoció la existencia de su hijo en el 2001, cuando estaba casado y el crío ya tenía cuatro años, luego que una joven apareciera en su residencia y le notificara que era el padre de su hijo.
El púgil, quien le había dado gloria a Argentina al ganar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996 y que para entonces reinaba como campeón peso pluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), optó por someterse a una prueba de ADN que finalmente confirmó su parentesco.
Según la prensa argentina, Chacón intentó acercarse a su hijo, pero sin éxito. Tampoco logró que el joven entablara una relación con sus otros dos hijos: uno de 19 años que juega al fútbol en el Peñarol de Uruguay y otro de 17, que esta a punto de culminar estudios secundarios.
Trató de que practicara deportes, que terminara sus estudios e incluso le pagó un tratamiento en un centro de rehabilitación en Buenos Aires luego, que el joven fuera atrapado por el mundo de las drogas.
Pero nada funcionó.
El último capítulo de esa triste historia fue el arresto de Matías por robo.
Chacón se retiró en el 2006 luego de confrontar problemas con la vista. Dejó un récord de 54 vitorias, 37 de ellas por nocaut y apenas siete derrotas.
Desde entonces, conduce su propio gimnasio. Allí entrena a sobre 40 jóvenes en el boxeo, con la esperanza de que ninguno de sus pupilos se pierda en las calles, como le pasó a su propio hijo.
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