sábado, 21 de abril de 2018

El sórdido mundo tras los anuncios de “alquiler por sexo” que conducen a jóvenes gay a explotación y violencia

La severa crisis de vivienda asequible que se vive en Estados Unidos y otros países tiene filosos dientes. Y una dentellada peculiar pero ominosa la sufren jóvenes homosexuales que son atraídos y explotados para fines sexuales, y a veces incluso son víctimas de crímenes, con la oferta de obtener un lugar donde vivir que les evite dormir en la calle.
Ese esquema de ‘sexo a cambio de alquiler’, como lo llama el portal BuzzFeed en su amplia investigación al respecto, sería en realidad una forma de esclavitud, en la que además de la opresión sexual sus víctimas sufren violaciones, contagio de VIH/sida y adicción a las drogas.
Todo comienza, narra BuzzFeed, con anuncios en Facebook y otros sitios en los que caseros ofrecen explícitamente a jóvenes gay una vivienda a cambio de sexo. Y muchos responden a esos anuncios, pensando que se trata de una opción para evitar el peligro mayor de tener que dormir en la calle o quizá suponiendo que es una experiencia que les redundará en beneficios o fantasías sexuales. Pero el infierno al que muchos de esos jóvenes entran, narra BuzzFeed, es mayúsculo, pues esos acuerdos de “sexo por alquiler” en realidad sumen frecuentemente a quienes los aceptan en un abismo de abuso, violencia y enfermedad, a veces sin que exista una salida viable para las víctimas.
Así, en Estados Unidos y Gran Bretaña anuncios en un grupo de Facebook o en Craiglist solicitan, por ejemplo, un “houseboy”, de 18 a 25 años de edad, y dicen que las responsabilidades de este “asistente personal” incluyen “limpieza, pasear al perro, hacer la compra, cocina y proyectos generales del hogar. Esta posición idealmente podría incluir sexo y mucho afecto a nuestro chico”. Esos anuncios a veces incluyen imágenes de varones desnudos o escenas sexuales y, por lo que narra Buzzfeed, eran difundidos sin restricción en esas y otras redes sociales.
A cambio, el “houseboy” obtiene un lugar donde vivir, a muy bajo precio o incluso gratis.
Y con frecuencia pasa a una condición de esclavitud sexual.
Ciertamente, como señala BuzzFeed, algunos jóvenes que han participado en ese esquema de “sexo por alquiler” no están muy preocupados por el asunto y hasta encuentran placer en ello. Hacer tareas domésticas y ser un “juguete sexual” de sus caseros a algunos les parece un arreglo válido y esos caseros se defienden señalando que no hacen nada ilegal pues el sexo es consentido.
Pero testimonios de jóvenes LGBT que vivieron como “houseboys” muestran que el asunto es mucho más sórdido y peligroso. Un chico confiesa que cayó en conductas extremas de sexo y drogas, perdió peso enormemente y fue contagiado de gonorrea y VIH. Otros relatan que se les exigía participar en fiestas en las que tomaban drogas hasta quedar inconscientes y eran víctimas de violación. Y se explica que muchos de eso jóvenes, sometidos y abatidos, simplemente no tienen ya la fuerza o el deseo de decir no, de apartarse de ese mundo, y quedan recluidos en esa suerte de esclavitud sexual. Ya no habría así acuerdo consensual, sino explotación llana.
Algunos de esos ‘houseboys’, como el británico Denholm Spurr que ofreció su testimonio a BuzzFeed, han logrado rehacer su vida y, pese a las severas secuelas que les dejó, han tenido la suerte de salir adelante. Otros jóvenes, con todo, continúan en ese turbio círculo de opresión y desesperanza.
El fenómeno de “alquiler por sexo” afecta también, y posiblemente en mayor escala, a muchas mujeres que, como relata The Guardian, aceptan o son forzadas a aceptar una habitación para vivir a cambio de favores sexuales, y tras ello sufren también la violencia, opresión y contagio que se narra en el caso de los ‘houseboys’.
Y en ocasiones no se trata de “acuerdos” sino de intimidación y acoso directo. En Ohio, de acuerdo a la televisora CBS, un casero acosaba sexualmente a sus inquilinas y les ofrecía (o les exigía aceptar) vivienda gratis a cambio de sexo. El sujeto ha negado haber cometido esas prácticas, pero el proceso está abierto.
Ni Facebook ni Craigslist respondieron inicialmente a las preguntas del citado portal en torno a la presencia de tales grupos y anuncios en sus sitios, si bien Craigslist, como señala BuzzFeed, retiró hace un tiempo en Estados Unidos su sección de “clasificados personales” para acatar una nueva ley contra el tráfico humano. Y Facebook después indicó que había ya removido el grupo donde se publicaban esos anuncios por violación de los estándares de esa red social.

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