jueves, 19 de abril de 2018

Una demanda deja al descubierto el truco de David Copperfield para hacer desaparecer a la audiencia


Una demanda por negligencia presentada por un espectador que participó en un espectáculo de David Copperfield en 2013 en Las Vegas ha obligado a desvelar el secreto de uno de los trucos más populares del ilusionista en el transcurso del juicio que se está celebrando estos días, según publica The Guardian. Se trata de ese en el que hace desaparecer a varios voluntarios del escenario que después reaparecen detrás del resto de espectadores.


El demandante es Gavin Cox, un chef británico retirado, que asegura que sufrió una lesión cerebral y varias heridas por una caída mientras participaba en el popular truco de hacer desaparecer a la audiencia. Los problemas de salud y las lesiones derivadas del accidente sufrido mientras participaba como voluntario en el espectáculo le han supuesto una factura de más de 300.000 euros y varias entradas en quirófano. Reclama una indemnización millonaria.
El truco en el que Cox participaba es el llamado Lucky 13. En él se escoge a 13 voluntarios entre el público que suben al escenario y ante la sorpresa del resto desaparecen para reaparecer en la parte de atrás del lugar donde se realice el espectáculo. El encargado de relevar el cómo se hace durante el juicio fue Chris Kenner, productor de Copperfield de la empresa Backstage Employment and Referral Inc., que también ha sido demandada.
Según recoge The Guardian, el truco cosiste en guiar a los espectadores seleccionados a través de distintos pasillos conectados entre sí, incluída, en este caso, la cocina. “Todo ello justo a tiempo para volver a entrar en la parte posterior del teatro y mostrar su reaparición”, ha relatado Kenner. Un recorrido seleccionado previamente y que según se señaló en el juicio el ilusionista recorrió diez minutos antes de la caída de Cox en otro truco sin ningún problema.
El abogado de la acusación, Benedict Morelli, ha puesto de manifiesto que a Cox no se le explicó en ningún momento en qué consistía el truco. A Kenner, que ha negado que la ruta fuese peligrosa pese a la oscuridad del recorrido y el cambio de superficies, le ha preguntado si se tuvo en cuenta la condición física o el calzado de los participantes en el mismo, a lo que no ha respondido ni sí ni no.

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