miércoles, 25 de abril de 2018

El día en el que Shell casi pasa a manos de Hugo Chávez

No comprarle a Shell "ni una lata de aceite". Eso pidió el expresidente Néstor Kirchner en
2005, en medio de una embestida contra la petrolera por su decisión de aumentar 4,2% la nafta y el gasoil. Mientras tanto, uno de sus socios de la "Patria Grande", Hugo Chávez, llegaba a la Argentina para inaugurar dos estaciones de servicios con la marca Enarsa-Pdvsa.
De esa manera, ponía un pie en el país la petrolera venezolana y, al mismo tiempo, hacía su debut la estatal argentina Enarsa. Detrás de ese desembarco, sin embargo, se escondía una fuerte operación de presión sobre Shell para forzar su venta y poder pintar con la nueva marca a todas las estaciones de servicio de la empresa anglo-holandesa. Pero el plan fracasó.
El entonces presidente de Shell -hoy ministro de Energía, Juan José Aranguren- no sucumbió ante la presión: prefirió soportar 94 multas y 54 denuncias en su contra y perder parte del 30% del mercado que antes tenía para resistir al boicot oficial.
Poco tiempo después, las dos estaciones de Enarsa-Pdvsa cerraron. La petrolera venezolana continuó por su cuenta y, desde entonces hasta hoy, fueron junto a Shell las únicas dos compañías en el mercado argentino que quedaban exclusivamente con capitales 100% extranjeros.

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