Un grupo de saboteadores y las fuerzas antidisturbios de la Policía impidieron la caravana que Gustavo Petro, candidato presidencial de Colombia Humana, había previsto esta tarde en el Parque Santander de Cúcuta. El vehículo blindado del dirigente izquierdista recibió "impactos contundentes", según la denuncia presentada, justo en el lado donde estaba sentado el exalcalde de Bogotá.
En principio se corrió el rumor de que se trataba de disparos, pero el propio Petro lo desmintió, aunque miembros de su equipo señalaron esta noche a LA NACION que el tamaño del boquete, que resquebrajó parte del cristal blindado, les hacía dudar de la segunda versión. "La seguridad no fue confiable, rompieron los vidrios detrás del conductor", subrayó el equipo del candidato en un comunicado.
El descargo de Gustavo Petro, tras el ataque a su caravana
"El Director de la Policía y el propio Petro confirman que no se presentaron disparos en Cúcuta. Policía está al frente de la situación", aseguró Guillermo Rivera, ministro de Interior, a través de las redes sociales.
Petro pudo finalmente hablar en la noche a unos 500 seguidores frente al Hotel Casino Internacional. Y lo hizo para acusar directamente al exalcalde Ramiro Suárez, el jefe "del club de la muerte", como le definió el candidato, quien en su día denunció la "alianza de jefes paramilitares, contrabandistas de gasolina, narcotraficantes y de trata de personas" en torno al dirigente local, hoy condenado en la cárcel.
En las últimas semanas varios opositores han denunciado públicamente que Suárez sigue gobernando Cúcuta desde la cárcel, y que incluso mantiene conferencias vía skype para dar órdenes.
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